MANAGEMENT CONTROL SYSTEM AS A TOOL FOR
ASSESSING THE CITIZEN PARTICIPATION IN PUBLIC ADMINISTRATION
Andrade Virginia1 y Moncada
Nelvi2
1Especialista en Control de
la Gestión Pública, Directora Técnica de la Contraloría del Estado Zulia. 2Especialista en Control de la Gestión Pública, Auditor Fiscal III dela Contraloría
del Estado Zulia. Autor de correspondencia: viky.26@gmail.com. Maracaibo -
Venezuela
Recibido: 14
de noviembre de
2017 Aceptado:
22 de
diciembre de
2017
RESUMEN
La intervención del control
de gestión en la participación ciudadana, y en el desenvolvimiento de las
actividades que se realizan en la administración pública, para alcanzar los
objetivos previstos de orden económico, social o político, pues busca asegurar
que las actividades sean traducidas en operaciones y procesos se desarrollen de
manera segura, continua y confiable. En tal sentido, el propósito general de
esta investigación, es analizar el sistema de control de gestión como
instrumento de evaluación de la participación ciudadana en la administración pública. La misma se encuentra
fundamentada en autores como: Pastor
(2009), Mujica (2010), Bernuz (2011), Armijo (2011), Theiler (2012), Mora (2012) y Ramos y
Sánchez (2013), entre otros. No obstante, esta investigación, de tipo bibliográfico, mediante el
análisis descriptivo y documental. Se concluyó que el
sistema de control de gestión es una herramienta que sirve de apoyo a la
administración pública, para garantizar la efectividad, eficacia y
productividad de los procesos y toma de decisiones institucionales.
Palabras clave: Sistema de
Control de Gestión, Indicadores de Gestión, Participación Ciudadana y
Administración Pública.
ABSTRACT
The
intervention of the management control in the Citizen Participation, in the
development of the activities that are carried out in the Public
Administration, to reach the expected objectives of economic, social or
political order constitutes its main activity, since it seeks to assure that
said activities translated into operations and processes are developed in a
safe, continuous and reliable manner. In this regard, the general purpose of
this research is to analyze the Management Control System as an instrument for
evaluating Citizen Participation in Public Administration. It is based on
authors such as: Pastor (2009), Mujica (2010), Bernuz (2011), Armijo (2011),
Theiler (2012), Mora (2012) and Ramos and Sánchez (2013), among others.
However, this research was carried out under a qualitative, bibliographic
approach, through descriptive and documentary analysis. It was concluded that
the Management Control System is a tool that serves as a support to the public
administration, to guarantee the effectiveness, efficiency and productivity of
the processes and institutional decision making.
Key
words: Management Control System, Management Indicators, Citizen Participation
and Public Administration.
INTRODUCCIÓN
En los órganos y entes de la administración
pública, el control de gestión, se considera como un proceso permanente,
dinámico, a través del cual la gerencia debe medir los logros de los objetivos
y metas establecidos en su plan operativo anual, evaluar las causas de las
posibles desviaciones y la toma de decisiones necesarias para superarlas.
Dentro de ello, se conforma el control de gestión como herramienta principal
para desarrollar una evaluación global de sus acciones, es por esto que las
organizaciones tienen la necesidad de optimizar los sistemas de control de gestión,
que permitan respaldar el proceso de toma de decisiones gerenciales efectivas.
La participación ciudadana puede también ser
considerada como estratégica y usada
para activar o reactivar las relaciones entre el gobierno y la sociedad, en
aras de afianzar el sistema democrático como forma de gobierno, pues la misma
ofrece elementos eficientes y eficaces para democratizar y mejorar la sociedad,
dando así, igualmente, legitimidad al sistema democrático; para que los
resultados de la participación ciudadana abarquen áreas relacionadas a la
formulación, ejecución y control de la gestión pública, lo que a su vez la
participación permite la integración coordinada de un grupo de individuos con
el fin de estimular y establecer acciones que promueven su propio desarrollo.
Así mismo, la Ley Orgánica de la
Contraloría General de la República en Venezuela y del Sistema Nacional de
Control Fiscal, en su artículo 75 dispone que el Contralor General de la
República dicta las normas destinadas a fomentar la participación de los
ciudadanos, mediante la Resolución 225, teniendo por objeto fomentar el
ejercicio del derecho de los ciudadanos a participar en el control sobre la
gestión pública a través de las Oficinas de Atención Ciudadana en las
Contralorías Estadales.
Según las “Normas para fomentar la participación
ciudadana” Resolución 01-00-000225 dictada por la CGR del 20 de agosto de 2007
publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 38.750 esas
oficinas son instancias de las Contralorías Estadales mediante las cuales se
fomenta el derecho a la participación en la función de control de la gestión
pública. Ante estas premisas, se plantea la importancia de contar con un
instrumento que permita evaluar el grado de eficiencia y eficacia de la
participación ciudadana en la administración pública.
SISTEMA DE
CONTROL DE GESTIÓN: INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN Y TOMA DE DECISIONES.
Según Prieto (2012), el control de
gestión se centra en el ámbito operativo de la organización. El desarrollo de
las estrategias de la organización y la implementación de su estructura han de
ser gestionados en el día a día. Los diversos componentes de la organización
toman, constantemente, decisiones que afectan tanto a su ámbito de actuación
como al conjunto de la organización.
La gestión operativa deriva de la
gestión estratégica, aunque ello no le resta importancia, por lo que las
decisiones estratégicas han de ser implementadas cotidianamente. La diferencia
sustancial entre ambas radica en el enfoque: la gestión operativa es reactiva,
responde a los problemas que surgen; por su parte, la gestión estratégica es
proactiva, y supone una actitud de atención a los cambios en el entorno y a las
capacidades de la organización.
Para tomar cualquier decisión en el
seno de una organización se requiere disponer de un sistema de información
sobre la evolución de las diferentes estructuras. Un sistema de control de
gestión por su parte, se basa en una batería de indicadores sobre la evolución
de los aspectos relevantes para la toma de decisiones. La evolución de las
entradas a nuestros espectáculos, las solicitudes de información sobre nuestros
servicios, las encuestas de satisfacción a los usuarios son ejemplos de
informaciones que pueden ser necesarias para la toma de decisiones.
Sin embargo, el control de gestión
exige convertir las informaciones en indicadores. Un indicador es una
representación sintética y cuantitativa de un fenómeno. La toma de decisiones
exige sintetizar el conjunto de información que genera una organización. Es
recomendable que esta síntesis sea numérica, aunque en ocasiones ello no sea
posible. El indicador ha de presentar una relación directa con el fenómeno que
interesa conocer. En ocasiones, se detecta un excesivo esfuerzo de síntesis.
Es por ello, que se deduce que el
diseño e implantación de un sistema de indicadores para la evaluación de una
gestión pública, en un período dado; se debe presentar como un sistema, en
donde cada uno de sus elementos sé interrelacionan para cumplir una meta u
objetivo común y que el proceso de evaluación de los resultados y logros
obtenidos debe estar enmarcado en la visión de la organización como un sistema.
Igualmente, ha de ser coherente con la
estrategia y la estructura de ésta. Esto podrá garantizar con una mayor
probabilidad, que el funcionamiento y los resultados que se obtienen de las
decisiones adoptadas, estén relacionados y sean consistentes con los objetivos
de la organización.
Por lo que Riquelme (2010), incluye como herramientas básicas del control de
gestión las siguientes:
·
El plan
estratégico en el que se formulan los grandes objetivos de la organización a
largo plazo.
·
El plan
operacional en el que se establecen los medios necesarios para el logro de los
objetivos.
·
Los presupuestos
que suelen ser la herramienta más utilizada y, en la mayoría de los casos, la
única.
Atencio y Sánchez (2009), exponen, que un sistema de control de gestión permite ayudar a los distintos
niveles de decisión a coordinar las acciones, a fin de alcanzar los objetivos
de mantenimiento, desempeño y evolución, fijados a distintos plazos,
especificando que si los datos contables siguen siendo importantes, está lejos
de tener el carácter casi exclusivo que se le concede en muchos sistemas de
control de gestión. Cada elemento que conforma un sistema
tiene una función específica bien definida y la obligación de cumplirla y
contribuir de forma sinérgica al correcto funcionamiento y, en definitiva,
alcanzar el objetivo determinado.
EL CONTROL DE GESTIÓN COMO PROCESO DE EVALUACIÓN ORIENTADO HACIA EL
LARGO PLAZO.
Es
interesante conocer el origen de las palabras que componen el término, “Control
de Gestión”, porque de esa forma puede realizarse un estudio más preciso de las
diferentes definiciones que pueden encontrarse. Controlar en el sentido más
general, es un término anglosajón, que significa, dominar o conducir en la
dirección deseada, asociándose a los vocablos regular, dirigir y verificar.
Para Callejas (2008), definir el concepto de control de gestión implica
considerar el desarrollo del mismo en su ámbito administrativo, distintos autores
ha definido el concepto de acuerdo a sus propias posiciones e interpretaciones.
Sin embargo la mayoría coincide en que es un sistema dinámico e importante para
el logro de metas organizacionales, dichas metas provienen inicialmente del
proceso de planeación como requisito básico para el diseño y aplicación del
mismo, dentro de ciertas condiciones culturales y organizacionales.
Por otra parte Royero (2009), expone que el control de gestión es un
conjunto de procesos que parten de las principales áreas claves dentro del
sistema organizacional con el fin de diseñar indicadores y estándares basados
en los planes y programas estratégicos intentados por la organización. Tales
indicadores cuantitativos y cualitativos son medidos por medio de índices
confiables de desempeño, gestionados por cuadros de mando que garantizan un
monitoreo efectivo para el cumplimiento de los objetivos del sistema.
Ahora bien,
tanto la descripción como la valoración del control de
gestión se especifican en dos concepciones comunes en el ámbito administrativo,
por un lado se tiene al control como necesidad inherente al proceso de
dirección y por el otro, en un paradigma más integral vinculado no sólo a la
dirección formal, sino a factores claves como la cultura, el entorno, la estrategia,
lo psicológico, lo social y la calidad, representados por los llamados enfoques
psicosociales, culturales, macro sociales y de calidad.
Amat (2000), destaca que
un sistema de control trata de promover
que exista una mayor probabilidad de que el funcionamiento de las diferentes
unidades de una organización y los resultados que se obtienen de las decisiones
efectuadas sean consistente con los objetivos de la misma. Cabe destacar que un
sistema de control de gestión desvinculado de la filosofía de gestión, puede
añadir un problema más que encontrar una solución, dado que este constituye una
referencia para establecer la calidad de la estructura del sistema.
De acuerdo a
este autor, un sistema de control de gestión está destinado a ayudar a los
distintos niveles de decisión a coordinar las acciones, a fin de alcanzar los
objetivos de mantenimiento, desempeño y evolución, fijados a distintos plazos,
especificando que si los datos contables siguen siendo importantes, está lejos
de tener el carácter casi exclusivo que se le concede en muchos sistemas de
control de gestión.
Así mismo
Royero (2009), considera que la gestión debe estar orientada hacia el largo plazo,
centrándose más en la planificación y evaluación, donde se deben tener en
cuenta aspectos motivacionales y culturales, además de la profesionalización e
identificación del personal con la institución. Existe la
necesidad de ir hacia un control de gestión operacional verdaderamente
estratégico, fundado sobre la idea de dirigir las acciones, a partir de indicadores
cuidadosamente definidos (cualitativos, cuantitativos y financieros) y que sean
regularmente renovados.
Inciarte y
García (2010), afirman que el establecimiento de sistemas de control de gestión
permite conocer el comportamiento de la empresa de acuerdo con la planificación
establecida, para luego ser capaz de unir todas las áreas y departamentos con
un fin común: medir el resultado de una gestión respecto al cumplimiento de
unos objetivos previamente fijados. Actualmente las organizaciones se mueven
en un entorno empresarial más dinámico, más exigente, con mayor complejidad y
muy cambiante, por ello la planificación y el sistema de control de gestión
deben estar preparados para adaptarse a los cambios que se presenten.
Se debe
estar claros donde se quiere llegar con el esfuerzo y como se va a realizar, es
imprescindible establecer cuáles son para la organización aquellos factores
críticos que hay que cuidar para tener éxito, los cuales están íntimamente
ligados con las estrategias que se van a desarrollar. Es por eso que, si se
quiere tener dominio (control) sobre lo que está ocurriendo, el control debe
estar enfocado en revisar el comportamiento de los factores críticos que
inciden en el cumplimiento de las estrategias.
De acuerdo
con Inciarte y García (2010), aunque el control de gestión sea sistemático, no
es en absoluto mecánico, por el contrario, implica interacciones entre
individuos, que no se pueden describir de forma mecánica. Los directivos tienen
objetivos personales y también de la organización, el problema central del
control es inducirles a actuar de manera que consigan sus objetivos personales
y también se ocupen de los de la organización. La congruencia de los objetivos
significa que en la medida de lo posible los objetivos individuales de los
miembros de la organización deben ser consistentes con los de ésta.
Por esto, se
deduce que el diseño e implantación de un sistema de indicadores para la
evaluación de una gestión pública, en un período dado; se debe presentar como
un sistema, donde cada uno de sus elementos se interrelacionen para cumplir una meta u objetivo común y que el proceso de evaluación
de los resultados y logros obtenidos debe estar enmarcado en la visión de las organizaciones como un sistema.
Igualmente, ha de ser coherente con la estrategia y la estructura de
éstas, por lo que podrá garantizar con una mayor probabilidad, que el
funcionamiento y los resultados que se obtienen de las decisiones adoptadas, estén
relacionados y sean consistentes con los objetivos de las mismas.
Indicadores de Gestión como herramienta de control y seguimiento.
Según Armijo (2011), un indicador puede ser definido como una
herramienta que entrega información cuantitativa respecto al logro o resultado
en la provisión de los productos (bienes y/o servicios) de la institución,
pudiendo cubrir aspectos cuantitativos o cualitativos de este logro. Es una
expresión que establece una relación entre dos o más variables, la que
comparada con periodos anteriores, productos similares o una meta o compromiso,
permite evaluar desempeño”.
Para Ramos y
Sánchez (2013), los indicadores son los instrumentos de medición de los
resultados. Deben seleccionarse en el menor número posible, tienen que estar
relacionados con los resultados, proporcionar información sencilla y fiable y
obtenerse también fácilmente. Por lo tanto, los indicadores son factores de
medición de la evolución y de los resultados de un proyecto. Estas variables
pueden resumirse en indicadores, cuyo uso obedece a la necesidad de disponer de
un marco de referencia para evaluar los resultados de la gestión de una
organización.
Desde la
perspectiva del control de cada organización es necesario identificar las
características de cada centro de responsabilidad (personas, funciones,
jerarquía, responsabilidades, grado de descentralización de las decisiones,
relación con otras unidades, mecanismos de coordinación) para realizar su
control pues éste debe llevarse a cabo en función de su grado de
responsabilidad en las variables de decisión que afectan el resultado y que por
tanto están bajo su influencia.
Según Mora
(2012), para medir el desempeño de una organización en cuanto a calidad y
productividad se debe disponer de indicadores que permitan interpretar en un
momento dado las fortalezas, las debilidades, las oportunidades y las amenazas,
por lo que es importante clasificar y precisar los medios necesarios para
construir aquellos realmente útiles para el mejoramiento de las organizaciones.
Por lo cual, se deduce que el diseño e implantación de un sistema de
indicadores para la evaluación de una gestión pública, en un período dado; se debe presentar como un sistema, en
donde cada uno de sus elementos sé interrelacionan para cumplir una meta u
objetivo común y que el proceso de evaluación de los resultados y logros
obtenidos debe estar enmarcado en la visión de la organización como un
sistema.
Armijo (2011), expone que los indicadores se utilizan para precisar e
identificar qué es lo que debe produciré, los usuarios y los parámetros con los
cuales se juzgara el buen o mal desempeño.
Entre las dificultades más relevantes se mencionan:
·
Ambigüedad de los
objetivos que tienen que cumplir los organismos públicos.
·
Escasa precisión de los
productos relevante o estratégicos (aquellos que son necesarios para cumplir
con la misión institucional9, dándose el caso que varias instituciones producen
los mismos bienes o se producen bienes y servicios no relacionados con el
quehacer relevante de la institución.
·
No existe claridad de
quienes deben responder por los resultados.
·
No se establecen las
consecuencias del buen o mal desempeño, haciendo que la evaluación muchas veces
sea un ejercicio de poca utilidad.
Encontramos por esto,
indicadores desde el punto de vista de la etapa del proceso productivo, tales
como:
·
Indicadores de insumo (inputs): cuantifica
los recursos tanto físicos como humanos y/o financieros utilizados en la
producción de los bienes y servicios. Estos indicadores generalmente están
dimensionados en términos de gastos asignados, número de profesionales,
cantidad de horas de trabajo utilizadas, etc. Estos indicadores son muy útiles
para dar cuenta de cuantos recursos son necesarios para el logro final de un
producto o servicio.
·
Indicadores de proceso: se refieren a aquellos
indicadores que miden el desempeño de las actividades vinculadas con la
ejecución o forma en que el trabajo es realizado para producir los bienes y
servicios, tales como: procedimientos de compra o procesos tecnológicos. Estos
indicadores son útiles para la evaluación del desempeño en ámbito donde los
productos o resultados son más complejos de medir.
·
Indicadores de producto: muestra los bienes y
servicios de manera cuantitativa producidos y provistos por las organizaciones.
Es el resultado de una combinación especifica de insumos por lo cual dichos
productos están directamente relacionados con ellos.
·
Indicadores de resultado intermedio: son cambios
en el comportamiento o estado o certificación de los beneficiarios una vez
recibidos los bienes o servicios.
·
Indicadores de resultado final o impacto: miden los
resultados a nivel del fin último esperado con la entrega de los bienes y
servicios. La información que entrega se refiere por ejemplo al mejoramiento en
la condiciones de la población, objetivo y que son atribuibles a dichos bienes.
Asimismo, se observan
indicadores desde el punto de vista del desempeño: eficiencia, eficacia,
economía y calidad, estos se basan en los aspectos básicos y necesarios para
entender el desempeño en las organizaciones, igualmente, permiten comprender la
interrelación entre el proceso productivo de bienes y servicios y las
dimensiones del desempeño:
·
Eficacia: se refiere al grado de cumplimiento de los
objetivos planteados: en qué medida la institución como un todo o un área
específica de ésta está cumpliendo con sus objetivos estratégicos, sin
considerar necesariamente los recursos asignados para ello.
·
Eficiencia: describe la relación entre dos magnitudes físicas:
la producción física de un bien o servicio y los insumos que se utilizaron para
alcanzar ese nivel de producto, es “alcanzar un nivel determinado de servicios
utilizando la menor cantidad de recursos posible”.
·
Economía: se define como la capacidad de una institución
para generar y movilizar adecuadamente los recursos financieros en pos del
cumplimiento de sus objetivos. Es el manejo eficiente de sus recursos de caja,
de ejecución de su presupuesto y de la administración adecuada de su
patrimonio.
·
Calidad: es una dimensión específica del desempeño que se
refiere a la capacidad de la institución para responder en forma rápida y
directa a las necesidades de sus servicios. Se pueden mejorar por la vía de
mejorar los atributos o características de los servicios que se entregan a los
usuarios.
PARTICIPACIÓN
CIUDADANA: COMO ESTRATEGIA DE CONTROL DE GESTIÓN.
Pindado
(2008), plantea que el origen de la palabra “participación” nos remite a su
significado. Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, se trata de
“tomar parte” del latín pars y capio. Participar, tomar parte, se puede hacer,
respecto de cualquier hecho colectivo. Es necesario que haya más de un
individuo para que se pueda hablar de participación. La participación implica
que “se siente uno parte de”, “se es parte de” un colectivo o comunidad que
está formando por diferentes partes.
Por su parte
la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (2009) en
Venezuela, define Gestión en su artículo 4 como, “las acciones que exigen el
cumplimiento de los objetivos y metas, aprobados por la Asamblea de Ciudadanos
y Ciudadanas, de cada una de las unidades de trabajo que integran el consejo
comunal.”
Mujica (2010), expresa que el control ciudadano es
el derecho y la obligación que tienen los ciudadanos en cuanto a miembros de
una sociedad, de intervenir en forma directa o a través de sus representantes
legítimamente elegidos, en el control de la gestión pública y de velar porque
las instituciones del Estado y sus gobernantes, en quienes han delegado el
poder y la autoridad para dirigir la sociedad en aras del bien de todos,
utilicen y administren los recursos públicos de la nación de manera honesta,
equitativa, transparente y eficiente, en beneficio de toda la colectividad.
La transparencia en la gestión pública, la
participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones del
gobierno, la responsabilidad de los funcionarios públicos en cuanto a sus
decisiones y a su gerencia de los recursos públicos, son componentes
fundamentales de un sistema democrático y elementos complementarios del derecho
inherente al ciudadano de elegir a sus autoridades. De hecho, la democracia se
consolida y solidifica cuando se fortalecen permanentemente los sistemas de
transparencias y responsabilidades, principalmente en el sector público.
Si un Estado no los garantiza, y el ciudadano no
tiene acceso a una información fidedigna y adecuada; si no hay un sistema real
de participación activa por parte del mismo, así como instituciones que
faciliten su participación en lo concerniente al manejo y control de los fondos
públicos; si no existen normas y mecanismos que puedan exigir tanto a las
autoridades políticas como técnicas una rendición total y clara de las cuentas
públicas, entonces se caerá en la telaraña de la corrupción, la soberbia y la
impunidad, agravada por la falta de seguridad jurídica.
Según Mujica (2010), participación ciudadana es un
proceso mediante el cual se integra al ciudadano en forma individual o
colectiva, en la toma de decisiones, la fiscalización, control y ejecución de
las acciones en los asuntos públicos y privados, que lo afectan en lo político,
económico, social y ambiental para permitirle su pleno desarrollo como ser
humano y el de la comunidad en que se desenvuelve promoviendo así la eficiencia
en la gestión pública orientada al beneficio de las necesidades de los ciudadanos
velando por su transparencia.
En ese orden de ideas, Pastor (2009), asume
que la participación ciudadana está inmersa en lo político, social, municipal,
y “pretende contribuir a la reflexión y al debate del fenómeno de la
participación ciudadana en el ámbito municipal por parte de los actores
involucrados en su diseño, implementación, gestión y evaluación (políticos,
técnicos, entidades sociales, grupos y ciudadanos), así como en los contextos
relacionales que pueden favorecer procesos democratizadores y el ejercicio
práctico de la ciudadanía activa”.
De igual manera Theiler (2012), aborda el
siguiente concepto de ciudadanía, “en lo que hace a la pertenencia de los
individuos, a la comunidad donde viven y su implicancia esencialmente
participativa.”, la participación pasiva se refiere a la acción que tienen los
ciudadanos siguiendo las instrucciones de otros, obedeciendo a las ideas y
sugerencias sin opinar, o dar a conocer su punto de vista.
Por su parte, Bernuz (2011), considera que la
participación pasiva consiste en, ser partícipe de, en ser consumidor de
bienes, servicios o prestaciones ofrecidos desde el sector público o privado.
Las necesidades se definen desde arriba sin preguntar si convienen o no a la
ciudadanía, quien debe acatar los lineamientos o
directrices establecidas.
En tal sentido, los aspectos expuestos por
Bernuz (2011), afirman que este tipo de participación solo será dada para
recibir y no para aportar, cuestión que afecta el principio de la pluralidad y
corresponsabilidad de los ciudadanos dentro de la comunidad o sector, en este
proceso no hay un diálogo con los ciudadanos, únicamente una comunicación
unidireccional.
Mujica (2010), expresa que la participación
consultiva “consiste en que la ciudadanía participa en los asuntos públicos
dando su opinión y haciendo aportes a los temas que se traten”. Esta forma de
participación es aquella en la que los ciudadanos tiene incidencia directa en
la toma de decisiones respecto a un tema específico, es un proceso de consulta
a la ciudadanía la cual entrega una opinión que es de carácter vinculante.
Igualmente, el autor considera que un Estado
participativo debe asegurar un lugar en la mesa de discusión especialmente para
los grupos que han sido marginados históricamente, a través de reglas de
compromiso y de selección que busquen efectivamente ampliar la participación
más allá de los grupos de interés que se hayan preestablecidos. A la vez, esto
requiere construir capacidades en los actores marginales para poder hacer valer
sus posiciones y desarrollar las habilidades de los funcionarios para poder
escuchar a la ciudadanía y reconocer sus derechos.
La transparencia en la gestión pública, la
participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones del
gobierno, la responsabilidad de los funcionarios públicos en cuanto a sus
decisiones y a su gerencia de los recursos públicos, son componentes
fundamentales de un sistema democrático y elementos complementarios del derecho
inherente al ciudadano de elegir a sus autoridades.
De hecho, la democracia se consolida y solidifica
cuando se fortalecen permanentemente los sistemas de transparencias y
responsabilidades, principalmente en el sector público. Si un Estado no los
garantiza, y el ciudadano no tiene acceso a una información fidedigna y
adecuada; si no hay un sistema real de participación activa por parte del
mismo, así como instituciones que faciliten su participación en lo concerniente
al manejo y control de los fondos públicos; entonces se caerá en la telaraña de
la corrupción, la soberbia y la impunidad, agravada por la falta de seguridad
jurídica.
Muestra de ello es lo expuesto en el artículo 141
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. (1999), “la
administración pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas”,
atendiendo a la necesidad publica que tienen las comunidades en participar
activamente en el área de control y con el propósito de fomentar la
participación ciudadana en la vigilancia de la gestión fiscal.
De igual manera, la Ley Orgánica de la Contraloría
General de la República de Venezuela y del Sistema Nacional de Control Fiscal,
en su artículo 75 dispone que el Contralor General de la República dicta las
normas destinadas a fomentar la participación de los ciudadanos, mediante la
Resolución 225, teniendo por objeto fomentar el ejercicio del derecho de los
ciudadanos a participar en el control sobre la gestión pública a través de las
oficinas de Atención Ciudadana como instancia de las Contralorías Estadales
mediante la cual se fomenta el derecho a la participación en la función de
control de la administración pública.
Asimismo, la Contraloría General de la República
(CGR), por medio de las Oficinas de Atención al Ciudadano (OAC), tiene como
firme propósito promover la participación ciudadana y garantizar el efectivo
ejercicio de este derecho, ofreciendo a la ciudadanía medios que le permitan
participar de manera directa y organizada, individual o asociativa; para ello
ha ofrecido atención, orientación e información con la finalidad de fomentar una
correcta y sana administración de los recursos públicos y consolidar la
participación ciudadana como un canal que permita promover la educación como
proceso creador de la ciudadanía en el control de la gestión pública.
Todo ello enmarcado en la nueva institucionalidad
del Estado Venezolano que confiere a la ciudadanía derecho a participar
libremente en los asuntos públicos, así como el deber del Estado de facilitar
el ejercicio de la participación ciudadana en el control de la gestión pública
y en la lucha contra la corrupción. En este sentido, el control de gestión en las Oficinas de Atención al Ciudadano está enmarcando en recibir y brindar asesorías,
información y documentación vinculada con la gestión pública.
LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA ORIENTADA AL CIUDADANO.
Plantea Vegas (2010), que la administración pública
“es el conjunto de órganos determinados dentro de las leyes para llevar a cabo las actividades del estado, cuya meta fundamental es la de
elevar en forma constante los niveles de vida de la población y su bienestar”.
Por lo antes dicho por Vegas se vincula que todo lo que tenga relación con la
participación de la administración pública tiene como fin brindar mayor calidad
de vida a sus ciudadanos y por ende los ciudadanos son los que manifiestan cuáles
son sus prioridades dentro de sus
comunidades a través de su participación.
Seijo y Añez (2008), consideran que la
administración pública presta servicio a la sociedad y es ésta su verdadera
razón de ser, es decir, atender los intereses y derechos de los ciudadanos y
los diferentes grupos que la componen, buscando asimismo el equilibrio de todos
ellos, compatible con los principios de legalidad, eficacia y eficiencia. Como
consecuencia, la organización debe orientar sus procesos a satisfacer las necesidades
y expectativas de los ciudadanos.
El interés colectivo del ciudadano es el principio
y el fin de toda la actividad administrativa y por ello, debe ser considerado
como demandante o potencial destinatario o receptor de dichos servicios y como
contribuyente a la financiación de los servicios públicos, y como tal, repleto
de derechos individuales, compatibles con los colectivos y con toda la
sociedad.
De esta forma, la administración pública debe
orientarse a ofrecer un servicio de calidad al ciudadano, a cumplir sus
necesidades y expectativas presentes y prever las potenciales o latentes que
pudieran surgir en el futuro. Dicha orientación debe buscar el equilibrio de
intereses de todos los grupos que integran la sociedad, buscando la
optimización de su función de servicio público y diseñando sus procesos con tal
objetivo.
Ceballos (2009),
manifiesta que la participación ciudadana puede también ser considerada como
forma estratégica usada para activar o reactivar las relaciones entre el
gobierno y la sociedad, en aras de afianzar el sistema democrático como forma
de gobierno, pues la misma ofrece elementos eficientes y eficaces para
democratizar y mejorar la sociedad, dando así, igualmente, legitimidad al
sistema democrático; para que los resultados de la participación ciudadana sean
abarcar áreas relacionadas a la formulación, ejecución y control de la gestión pública
Al mismo tiempo, la gestión de la administración
debe responsabilizarse en la inversión de los fondos públicos, conjugando
eficacia y eficiencia con los principios de legalidad, empleando instrumentos
adecuados para la gestión, tanto de su talento humano como de los diversos
recursos. La administración y los poderes públicos son el instrumento de
coordinación y control de la actividad social en aras de la obtención de un
bien colectivo.
En este sentido, Mendoza (2011), plantea que la
administración pública desempeña una serie de funciones que no le son propias
como organización, en la medida en que constituyen necesidades públicas
definidas por la Constitución, las leyes y el proceso político. Debe mantener
un funcionamiento eficaz y eficiente del apartado administrativo, pero, además,
debe colocar énfasis en la calidad del servicio y la capacidad de aportación de
valor al ciudadano.
Los diferentes niveles que intervienen en la
administración pública son: local, regional y nacional. En cada uno de esos
niveles, está en contacto con los ciudadanos. A nivel nacional es el más
pertinente para la elaboración de políticas públicas. Los ciudadanos entran en
relación con la administración pública en calidad de individuos, o en grupos organizados
como las organizaciones de la sociedad civil. La democracia descansa en el
consentimiento de los ciudadanos
Los objetivos que persigue la Ley de los Consejos
Comunales (2009) en Venezuela, es crear, desarrollar y regular la conformación,
integración, organización y funcionamiento; y su relación con los órganos del
Estado, para la formulación, ejecución, control y evaluación de las políticas
públicas. Estas organizaciones actúan para resolver situaciones problemáticas
referidas a los servicios públicos, infraestructura local, defensa territorial,
salud, educación, deporte, comunicaciones, cooperativismo barrial, entre otros
e integrativo del conjunto de instrumentos de auto organización.
Por otro lado, la Ley Orgánica de Administración
Financiera del Sector Público (2014) de Venezuela, contempla que el control de
gestión pública debe buscar el adecuado uso de los recursos reales y
financieros asignados bajo su responsabilidad de manera tal que la producción
terminal sea un bien o un servicio que se estime alcanzar a su nivel,
permitiendo cumplir con las políticas y objetivos programados de manera
eficiente y eficaz.
Sánchez (2015), destaca que la participación
ciudadana ha seguido en América Latina dos caminos: el primero, el
reconocimiento institucional en sus acuerdos internacionales de la
participación como elemento relevante de la acción gubernamental; el segundo,
en el plano teórico con las propuestas para definir y clasificar a la
participación ciudadana con el propósito de destacar las vías para su
implementación en la administración pública de la región.
La importancia de la participación conlleva a
situar el modo en que los ciudadanos se interesan por los asuntos políticos. En
la democracia, la participación es una fórmula que permite a los ciudadanos
ganar espacios de gestión y decisión que son cruciales en la definición e
implementación de las políticas públicas.
El estudio fue enmarcado en una investigación
bibliográfica, la cual se caracteriza por la utilización de documentos; de los
cuales se recolectó, seleccionó, analizó y presentó resultados coherentes; se
realizó una recopilación adecuada de datos que permitieron redescubrir hechos y
orientar hacia otras fuentes de investigación. La investigación bibliográfica
permite, entre otras cosas, apoyar la investigación que se desea realizar,
evitar emprender investigaciones ya realizadas, tomar conocimiento de
experimentos ya hechos para repetirlos cuando sea necesario, continuar
investigaciones interrumpidas o incompletas, buscar información sugerente,
seleccionar los materiales para un marco teórico, entre otras finalidades.
CONSIDERACIONES
FINALES
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), los
principios de eficiencia y eficacia se orientan hacia la concepción de un estado
social de derecho, donde la administración pública mediante el principio de
legalidad, permitirá la implementación correcta de los sistemas de control
interno, a fin de velar por el correcto manejo y uso de los fondos públicos,
para alcanzar los objetivos y metas previamente programados y planificados.
Lo expuesto en la Ley de la Contraloría General
de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal (LCGR y SNCF), de
Venezuela señala que todos los entes y/o órganos deben poseer indicadores de
gestión que coadyuven al logro de los objetivos y al sistema de control
interno, por ello surge la necesidad de establecer los lineamientos legales a
fin de evaluar el funcionamiento de la institución en términos de eficiencia,
eficacia y economía.
El Estado
venezolano(1999) tiene como base fundamental la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, tomando en consideración la participación ciudadana;
donde las Contralorías Estadales bajo este enfoque de gerencia pública, ha
adoptado un rol participativo y de corresponsabilidad entre el estado y la
sociedad que permite, el acceso a la información de la gestión institucional
del órgano de control y la formación de la ciudadanía para que ejerza las
funciones contraloras a la gestión de los órganos y entes de la administración pública
estadal.
La base del estado
comunal es la participación protagónica de la sociedad en la gestión pública,
para proponer políticas públicas para solucionar los problemas y necesidades de
la comunidad, controlar dicha gestión de manera directa, participar de los
procesos económicos locales, que conlleven a un modelo de propiedad social, que
permita el autogobierno y la dirección de los destinos comunitarios.
En definitiva,la participación
ciudadana representa un factor prioritario en el control de la gestión del
Estado, así como en la lucha contra la corrupción, por consiguiente, con base
en las premisas establecidas en la investigación se concluye que debe
establecerse un mecanismo de evaluación y control que permita hacer un
seguimiento a los programas y actividades formuladas en materia de
participación ciudadana, con el fin de detectar cualquier eventualidad que se
presente en la planificación y realizar oportunamente las correcciones
respectivas, logrando así fortalecer los procesos desarrollados en las mismas e
igualmente, incentivar la participación ciudadana en la administración pública.
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